Tomado del Listin Diario del 03 de agosto 2018.
Sobre el caso del corto discurso de Vladimir Guerrero me escribe Vitelio Mejía, presidente de Lidom:
“Estimado Héctor:
Me complace saludarte de la manera más cortes, al tiempo de referirme a tu columna de hace unos días en la que comentaste el discurso de nuestro Vladimir Guerrero en la ceremonia de su exaltación al Salón de la Fama de Cooperstown. Mis comentarios son estrictamente personales, aunque me atrevería a asegurar que son el criterio unánime de quienes conforman conmigo Lidom.
Como tú, también fui testigo de excepción de la intervención de Vladimir en esa ocasión solemne, y, a pesar de la brevedad de sus palabras, me lució un Vladimir auténtico, sin pretensiones de orador y que prefirió y se permitió hablar con el corazón.
Las cualidades o habilidades que caracterizan o adornan a los seres humanos son dones dados por Dios a cada quien conforme a su propósito, y en el caso de Vladimir creo que se reúnen dones excepcionales más allá de sus insuperables habilidades para el juego, como son la humildad, la solidaridad, el amor por su familia y sus amigos, su sensibilidad social, su responsabilidad, integridad y respeto para con el juego de béisbol y para con sus fanáticos, por cuyas cualidades, y a mi entender, se ha constituido hoy en el referente para nuestros jóvenes prospectos que aspiran abrirse camino en el béisbol organizado y para nuestra juventud en sentido general que pueden ver en su éxito la coronación del esfuerzo, de la dedicación al trabajo y de una vida caracterizada por un alto estándar de valores.
Creo, querido amigo, que si hacemos el balance Vladimir sale beneficiado por mucho.
No quiero terminar sin expresarte que, de igual forma, siento una profunda admiración por Virgilio Rojo, a quien no he tratado mucho personalmente pero que, a mi juicio, ha sido de fundamental ayuda para que ese Vladimir a que me he referido pueda ser conocido y valorado nacional e internacionalmente, por eso entendí sus lágrimas en Cooperstown al momento en que Vladimir se refirió a él con gratitud y reconocimiento.
Te reitero mis sentimientos de afectos y consideración.
Muy atentamente,
Vitelio Mejía Ortiz.”